Mi obsesión por él era desmesurada

Miguel Ángel Silvestre y su pasión por el tenis

En una reciente entrevista, el actor Miguel Ángel Silvestre reveló que en ocasiones sueña con volver a las pistas de tenis, su hábitat natural antes de dedicarse a la actuación. Afirmó que desde pequeño quiso ser el mejor tenista del mundo, a pesar de no creerse el más talentoso, y que a veces cae dormido y despierta en medio de un torneo, donde su entrenador le anima a jugar.

Silvestre, proveniente de Valencia, en un primer momento quiso seguir los pasos de su padre y estudiar fisioterapia. Sin embargo, debutó como actor en una obra de teatro y desde entonces su carrera ha tomado vuelo. Ahora, 22 años después, se ha convertido en uno de los actores españoles más cotizados de la industria, interpretando una amplia variedad de personajes, desde El Duque de Sin Tetas No Hay Paraíso, Paco en 30 Monedas, un sacerdote canalla en Los Enviados, hasta un neonazi en Alacrán Enamorado.

Miguel Ángel Silvestre y Javier Bardem, en ‘Alacrán enamorado’
Cinemanía

Encasillamiento y Obsesión con Javier Bardem

En una entrevista en un pódcast, Silvestre admitió que aspiraba a ser el mejor tenista, y después deseaba ser el mejor intérprete del mundo. Sin embargo, ha logrado demostrar al público que hay más en él que solo músculos y una mandíbula cuadrada, demostrando su versatilidad y talento. Ha expresado que se ha exigido mucho a sí mismo, y en gran parte, se ha inspirado en Javier Bardem, a quien considera su espejo y su modelo a seguir.

La muerte de su padre lo ha llevado a «concentrarse en cosas más simples» y a dejar que los personajes vengan a él para simplemente enamorarse de ellos. Ha admitido que ya no busca activamente nuevos personajes.

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