El lujo y la opulencia caracterizaron la reciente boda de Kiko Matamoros y Marta López Álamo, aunque la celebración se vio ensombrecida por la conducta inadecuada de algunos de los invitados. Más de 250 amigos, familiares y compañeros se dieron cita en el prestigioso hotel Mandarin Oriental Ritz de Madrid, pero no todos los presentes parecen haber mostrado sus mejores modales.
La ceremonia eclesiástica, que tuvo lugar en la céntrica Basílica de San Miguel, dio paso a un banquete de bodas que costó más de 55.000 euros. Sin embargo, el derroche y la alegría no tardaron en dar lugar a situaciones de desorden y escándalo. Algunos de los invitados, dejándose llevar por la euforia del momento, acabaron arrasando con todo lo que vieron a su paso, dejando constancia de su falta de decoro.
Según se ha informado, los invitados se llevaron todo lo que podían: desde los centros de mesa hasta el papel del baño. No quedaron ni las migas de la tarta nupcial. Los exclusivos arreglos florales que adornaban las mesas también desaparecieron, junto con los recipientes en los que se encontraban. Incluso se reportó el robo de perfumes.
La fiesta se prolongó hasta bien entrada la madrugada, dejando al personal del hotel perplejo ante la conducta de algunos de los invitados. Se ha hablado extensamente de este comportamiento en varios programas de televisión, causando asombro y sorpresa entre el público.
En resumen, lo que debería haber sido una noche de celebración y alegría se transformó en una serie de incidentes que opacaron la boda de Kiko Matamoros y Marta López Álamo. Sin duda, este evento será recordado no solo por su opulencia, sino también por el desorden y la falta de respeto de algunos de los invitados.
