Después de todo lo vivido en el 2020 las Campanadas de esta Nochevieja son atípicas y muy diferentes. La Televisión Española no escapa de esta realidad, su transmisión por televisión no puede ser igual a las anteriores.
Dos mujeres serán las encargadas de presentar las Campanadas en RTVE, algo que ocurre por primera vez. Además, tendrá dos figuras muy representativas para la cadena en la presentación, como lo son Ana Obregón y Anne Igartiburu.
Otro aspecto a destacar es que se trata de la reaparición de Obregón en las pantallas de televisión, tras el fallecimiento de su hijo Aless Lequio, ocurrido en mayo pasado. Por otra parte, Igartiburo lleva 16 años consecutivos presentando la despedida del año en la Televisión Española.
Campanadas en el año más difícil
A Ana Obregón le ha tocado enfrentar las primeras navidades sin su hijo, poco a poco se ha ido abriendo con su público por las redes sociales.
“Salir de mi duelo e intentar transformar el dolor y sufrimiento en amor para que de alguna manera pueda agradecer a toda España su cariño. Estas Campanadas van por ti, mi Aless.”
La realidad es que la presentadora no es la única que enfrenta la Nochevieja sin un ser querido, son miles de españales quienes echan de menos a alguien que murió este año por la pandemia. Eso hace que el brindis sea especial, por los que se fueron y por los que quedamos y seguimos luchando.
“Nos toca renovar la ilusión. A pesar del dolor, del sufrimiento, de las pérdidas y la pandemia. Por ellos. Por los que ya no están y lucharon hasta el final. Por los que siguen luchando.”
Para Anne Igartiburu ya es costumbre comerse las uvas frente a las cámaras de televisión, pero sin dudas este año no es igual. Primero por el duro año que se ha vivido a nivel sanitario y segundo porque por primera vez en 16 años la acompaña una mujer.
“Es algo que siempre soñé y Ana dará mucha fuerza a tantas y tantas familias que se identifican con su valentía.”
Puerta del Sol sin público
Por primera vez en más de un siglo no estará nadie en la Puerta del Sol comiendo sus uvas para recibir el Año Nuevo. Las medidas sanitarias para prevenir la propagación del coronavirus no permiten las aglomeraciones y por lo tanto todos los españoles deben quedarse en casa.
Esta dura realidad hace que sean las campanadas más raras de la historia. Asó que todos decimos “Dos mil vete” y que venga un año mucho mejor.
