El conflicto entre Kiko Rivera e Isabel Pantoja apenas comienza y hasta Cantora está implicada. Quienes en algún momento fuesen considerados un ejemplo como madre e hijo, ahora yacen en medio de la controversia dada las últimas declaraciones en las que Kiko acusaba a la cantante de haberlo solo en medio de la difícil situación que atraviesa.
El inicio de todo fue cuando el DJ acudió a un programa de televisión para develar que estaba en una complicada fase de su vida, en sus “horas más oscuras” específicamente. La razón es que la pandemia había limitado su posibilidad de trabajar y esto le había afectado no solo a nivel profesional. En el episodio, el joven Rivera señaló el uso de drogas e infidelidades cometidas como parte de las consecuencias de estar prácticamente sin trabajo durante el 2020.
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“Estoy triste, no estoy feliz con mis metas. Estoy en el subsuelo, en el puñetero subsuelo. No tengo ganas ni de vestirme, ni de raparme la p*ta cabeza, ni de perfilarme la barba. No me quiero.”
Después de esto, Isabel expresó que desconocía por completo la situación de Kiko, y entre lágrimas, afirmó que había quedado trastornada al escucharle hablar en televisión de esa manera debido a que Kiko había actuado, ante sus ojos, de forma normal.
A su vez, agregó que era preferible que su hijo dejase de hablar de esos temas en televisión pues les hacía mal a ambos. «Piensa que estamos sanos, hay una pandemia en el mundo, lo que tú estás pasando no es importante. Han fallecido millones de personas, eso sí es importante. Lo tuyo se puede curar» fue parte de esa primera reacción.
La Pantoja también afirmó que estaría en lo pronto junto a su hijo para brindarle su mayor apoyo. No obstante, días posteriores, Kiko subió una peculiar fotografía a Instagram donde señalaba que aún seguía esperando por, sospechamos, ese afectuoso cariño que Pantoja le había ofrecido.
Ahora, todo ha sucedido como una bola de nieve que conforme al tiempo va creciendo más y más pues Rivera decidió poner en tela de juicio desde la herencia hasta la propia imagen de su mamá.
Isabel, “la viuda de España”
«Dices que vendo mis penas. ¿Tú me dices eso a mí que te has vendido como la viuda de España toda la vida?». Esta es una de las citas más nobles dentro de la entrevista que el Dj ofreció al diario Lecturas tras anunciar la ruptura total de su relación con Isabel. Y cuando señalamos de noble no es en nada sarcástico.
En otras oportunidades, Kiko Rivera llegó a afirmar:
«Cuidadito con lo que dices mamá, no eres nadie para darme consejos. Te has vendido como la mejor madre del mundo y mamá, perdóname, pero no lo eres»
La referencia que Kiko tomó fue cuando su padre, Paquirri, falleció a raíz de una cornada de toro en el año 1984 en la plaza de Pozoblanco. Si bien tenía apenas meses de vida, todos recordaron que ese fue el apodo que Isabel obtuvo por la gran tristeza que le embargó en su momento, además del inolvidable entierro del torero.
El valor de Cantora
Otras de las declaraciones peculiares de Kiko que alteró las redacciones de varios diarios ha sido el valor de la Cantora pues el cantante solicitó una revisión total del testamento de su padre.
El documento firmado el día en que se casó con Isabel señala que sus bienes, valorados en 6 millones de euros, serían repartidos entre el padre de PAquirri, Antonio Rivera, sus tres hermanos, Antonio, Teresa y José, en un tercio de libre disposición. La otra mitad quedaba en manos de la cantante con quien había firmado una separación de bienes antes de casarse. Pero Paquirri dejaba como herederos universales a todos los hijos que dejara. No obstante, esto todavía no ha logrado dar.
La liberación de la herencia establecida por Paquirri sería liberada cuando Kiko alcanzara los 21 años. Ahora bien, el torero dejó cinco albaceas que garantizasen el cuidado de sus bienes post-mortem, pero jamás imaginó la serie de conflictos que surgirían.
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En el año 1987, los herederos designados rehicieron un acuerdo. El padre y los hermanos del torero se quedaron con dos fincas e Isabel cambió el mero derecho a uso y disfrute de Cantora a ser dueña totalitaria de la propiedad con 52.40%, dejado a Kiko con el 47.60%. Hoy, surge un nuevo conflicto, en el que predispone a madre e hijo a un nuevo conflicto por considerarse verdadero heredero de la icónica joya inmobiliaria de 500 hectáreas que, aunque embargada, tiene un precio de 4,4 millones de euros.
